[Teatro] Jugando al teatro: Memoria de Alicia de Federico Picasso
Por Bettina Girotti
Es una apacible tarde en el campo. Pero Alicia no está disfrutando demasiado, el libro que su hermana lee es aburrido, carece de diálogos o ilustraciones. Hasta que un conejo blanco pasa, y ella, sin otra opción, lo sigue hasta su madriguera. Luego, un túnel de entrada a un mundo ilógicamente lúdico y el desfile de una serie de personajes extremadamente absurdos. Alicia, aquella niña curiosa de vestidito armadito y zapatitos, no necesita de apellido para ser reconocida. A ella, Lewis Carroll le inventa – entre Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865) y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (1871) – un mundo tan maravilloso que a lo largo de casi 150 años se ha prestado una y otra vez a ser desarmado y rearmado, siempre disponible al juego de quien quiera jugarlo.
El sinsentido es un elemento esencial en esta serie de escenarios por los que transita. Pero ¿y si todos estos fragmentos fuesen en realidad recuerdos? ¿con qué hilo se podrían hilvanar entre ellos?¿qué hilo sería capaz de resistir? En Memoria de Alicia, Federico Picasso toma estas cuestiones para proponer un nuevo juego. Los segmentos que componen aquel mundo se van encadenando a través de otro elemento que tímidamente late desde el comienzo: se trata del teatro. Aquí se pone en primer plano el artificio de diferentes modos, ya sea resaltando la presencia del público, señalándose cada uno como actor y personaje a la vez o anunciando lo que seguirá. Las referencias al mundo teatral abundan, y en caso de que algún despistado se haya obnubilado con la serie inagotable de imágenes fantásticas, Alicia lo recuerda. De esta forma aquello que tímidamente asomaba entre las suturas de aquellos segmentos va ganando más y más presencia, hasta que el sueño se transforma en una clase de actuación.
La reversibilidad de las personas, las cosas y las palabras, es otra de las claves de esta puesta y es el elemento que da a los actores la posibilidad de transformarse en uno u otro personaje frente a nuestros ojos sin que el mundo que ellos nos proponen se destruya.
No se trata, sin embargo, de un mundo totalmente frívolo. La dupla realidad-sueño se transforma en la terna realidad-ficción-sueño, construyendo un universo ficcional sumido en el absurdo del sueño y que mucho se parece a nuestra realidad: con la lectura de una noticia de la semana nuestro mundo cotidiano se presenta y la escena, como espejo deformarte, nos devuelve una imagen del sinsentido en que vivimos.
Memoria de Alicia, pone en escena a un excelente grupo de actores que se prestan al juego y brindan sus cuerpos – metafórica y literalmente – a esta troupe de personajes fuera de lo común, que despiertan risas al tiempo que nos proponen reflexionar sobre la realidad. Una juego muy difícil de olvidar.
Ficha artístico-técnica
Actúan: Clarisa Balcarce, Rubén Dario Comezaña, Guillermo de la Cruz, Debora Solange Gamarra, Nadia Gómez, Julio Koss, Federico Picasso
Vestuario: Jesica Grecco, Irene Vega
Escenografía: Adan Gomez
Maquillaje: Leticia Caracciolo
Diseño de máscaras: Roberto Manes, Susana Mazzeo, Brenda Moreta
Diseño de luces: Milagros Ferreyra
Video: Adriana Casas
Fotografía: Andres Caffarena, Adrián Rocha, Milagros Vilar
Pinturas: Paula Rusquellas
Diseño gráfico: Leandro Gonzalez De Leon
Asistente de producción: Leticia Caracciolo
Producción: Compañía Teatral Rey Muerto
Dramaturgia y dirección: Federico Picasso
Memoria de Alicia se presenta los domingos a las 19hs en Del Borde Espacio Teatral, Chile 630.