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[Teatro] La soledad que desgarra: A solas con Marylin, unipersonal de Belén Fernández Díaz

Por Bettina Girotti

Una mujer aislada en medio de la escena, encerrada en una cuna devenida en jaula, comienza a relatarnos una serie de anécdotas sin aparente relación entre si y sin siquiera darnos una pista del por qué de ésta acción. Ella (Belén Fernández Díaz), no tiene nombre, no quiere ser individualizada, y de esta forma su anonimato vuelve universal aquello que nos cuenta. A través de la catarata de imágenes inconexas, comenzamos a armar el rompecabezas que nos propone y aquellos recuerdos que tímidamente asomaban, comienzan a fluir de forma desordenada y alborotada.

“Él se ha ido y me ha dejado perdida en un bosque de interrogaciones con tan sólo una palabra: Marilyn”, dice ella. La obra se construye en torno a esta figura femenina, a la que ella desconoce pero que, paradójicamente, es el origen de su desgracia: es un fantasma, una presencia ausente. Ella intenta enfrentar a esta figura espectral dotándola de un rostro, de movimientos, pero aún así es vencida. Él no va a volver y pretende despojarla de su hijo. En A solas con Marylin son indiscutibles los ecos de Medea. El hombre que ella ama, la deja por otra a la que ella, intentando explicar semejante decisión, identifica con una de las mujeres más deseadas de las últimas décadas. Sólo volverá a saber de él cuando regrese para llevarse a su hijo, el único consuelo que le quedaba. Con esto, termina de derrumbarse y el filicidio se convierte para ella en la única opción. Y aunque la tragedia resuena, aquí el texto del español Alfonso Zurro propone abordar a ésta mujer desde lo más íntimo, exponiendo lo tortuoso del camino que ella elige.

La escenografía a cargo de Roberto Moreno y Roberto Peyote condensa el conflicto a través de dos elementos que a su vez representan los pilares que sostienen el mundo de la protagonista, el hombre que ella ama y su hijo. La puerta cerrada, que impone su presencia a un lado de la escena, insiste en que él se ha ido y, en el centro, la cuna devenida en jaula, que ejerce una fuerza centrípeta sobre ella, atrapándola, y al mismo tiempo anticipando el desenlace. El blanco predominante en la escenografía y el vestuario, permite que la luz juegue un rol fundamental, bañando todas las superficies con colores intensos.

A solas con Marylin propone una serie de imágenes sumamente bellas y, al mismo tiempo, desgarradoras que se sostienen en un espacio sintético y en el excelente trabajo de Fernández Díaz en la piel de esta mujer desgarrada que nos implora no dejarla sola.



Ficha artístico-técnica
Autoría: Alfonso Zurro
Actúan: Belén Fernández Díaz
Vestuario: Norma Starache
Realización de escenografía: Roberto Moreno, Roberto Peyote
Música: Carlos Ledrag
Fotografía: Cristian Holzmann
Diseño gráfico: Lola Montiel
Asistencia de dirección: Gastón Ariel Chamorro
Prensa: Mariano Casas Di Nardo
Producción: Belén Fernández Díaz
Co-Dirección: Belén Fernández Díaz, Lola Montiel, Eva Rodríguez
A solas con Marylin se presenta todos los sábados a las 21hs. en el teatro Belisario Club de Cultura, Corrientes 1624.
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