[Teatro] El exilio es parte de mi: Ye Katherina, de Felipe Rubio
Por Grbriela S de la Cruz
Los exiliados somos gente triste, propensos a imaginar cosas que nunca pasan. Nos castigaron con tanta perversidad que nos hicieron olvidar que los que nos castigaron pertenecen al mismo país que nosotros y aún así creemos que es el mejor país del mundo. ¿Qué ironía, no? Extrañar un lugar tan perverso y creer que es el mejor del mundo.
Nuestra Señora de las nubes, de Arístides Vargas, 1999.
Ye Katherina habla, de una manera poética, de un lugar, una patria perdida; de una persona, un afecto, que sólo existen en la memoria de quien recuerda.
La obra gira en torno a la idea de pertenecer. Su protagonista -una bailarina de ballet de la ex U.R.S.S, radicada en la Argentina- lleva en su cuerpo las marcas del exilio; una herida abierta que la imposibilita a seguir adelante y adaptarse a su nueva patria. Permanentemente sus recuerdos serán invocados entrelazándose con su realidad actual, donde Katherina dicta rigurosas clases de ballet clásico en una pequeña escuela de danza de la ciudad. Bajo este contexto, la enseñanza de un arte casi caduco como el ballet, la búsqueda del éxito y la perfección corporal, y lo que esto conlleva en el resto de los personajes, son un modo de mostrarnos las exigencias de pertenecer a este mundo agresivo que rechaza lo que no se adecua a sus parámetros ideales.
Felipe Rubio (Siameses, Gabinete B.A) presentó Ye Katherina en el marco del Primer Encuentro de Teatro Emergente en Buenos Aires (creado y organizado junto con la Embajada de Chile en Argentina). Puesta nuevamente en cartel, la obra destaca no solo por su historia, sino también, por los recursos que son usados en escena para contárnosla. Es que el director sabe organizar el material de manera exquisita sin dejar escapar un solo detalle y consiguiendo desplazar al espectador hacia el lugar del que huyó Katherina. Desde el momento mismo de entrar al espacio resulta ser toda una experiencia: los actores instalados en escena (sin encarnar aún a sus respectivos personajes) elongan, bailan y juguetean ante los ojos curiosos de la platea, que se deleita además, con una seguidilla de videos de pop ochentoso ruso. Una vez iniciada la obra, Rubio emplea de manera magistral el sonido, las luces y el video para sumergirnos en el universo atroz de estos seres en búsqueda de pertenecer. Recursos como el subtitulado y el doblaje hacen que el público se inmiscuya en las discusiones de Katherina y su amado Misha; un pequeño cambio de vestuario y unas luces tenues bastan para entender que lo que sucede en escena es un fragmento del pasado, que nos hemos trasladado a la tierra de Katherina y penetrado en sus recuerdos. Pero el teatro y la danza requiere de cuerpos y el trabajo corporal de los actores de la obra no nos decepciona. Sus movimientos y gestos son colocados en el momento justo. Las tres aspirantes a bailarinas generan momentos de comicidad perfectos para distender al espectador, algunas veces sin que sea necesario que hagan uso de la palabra.
El escritor Salman Rushdie dijo alguna vez que “en el exilio todo intento de arraigo se considera traición: es el reconocimiento de la derrota”. Los fantasmas de su vida pasada atormentan a Katherina quien en el rostro de su único alumno varón ve al hombre que dejó atrás, ve un país que ya no existe y una cultura nueva a la que no desea pertenecer.
Ye Katherina se presenta en Patio de Actores (Lerma 568) los domingo a las 18 hs.
Ficha artístico-técnica
Moni Acevedo (Ye Katherina)
Maria Eugenia Gomez (Bailarina),
Marisol Barberis en reemplazo.
Mariana Soledad Giménez (Constanza)
Morena Giudice Bravo (Jennifer)
Luz Moreira (Francesca)
Matías Lopez Barrios (Mijaíl Glodovir / Martín)
Dramaturgia: Macarena Losada
Dirección: Felipe Rubio
Diseño Teatral: Gonzalo Velozo
Diseño Iluminación: Velozo/Rubio
Asistencia de Dirección: Carmela León
Coreografía: María Eugenia Gomez
Producción: Teatro The Naidens Compañy y Paula García